viernes, 26 de marzo de 2010

Lema el doble de Cantinflas










Lema, polifacético doble de “Cantinflas”
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Bucear en la trayectoria vital del gran Lema, uno de los mejores imitadores del genial Mario Moreno “Cantinflas” es oírle hablar de sus temas preferidos –el gran “Cantinflas, el humor, “Cantinflas”, Huelva y sus tradiciones, “Cantinflas”, el arbitraje de fútbol y el gran “Cantinflas”-, es algo no sólo fascinante, sino también muy divertido.

En el año 2005, la Asociación de Vecinos del barrio del Molino de la Vega fue invitada a participar en el programa de Canal Sur “Mira la vida”. Y como alguien tenía que hablar de la historia de la barriada, me invitaron a que yo fuese el encargado de tal misión. Se puso el autocar camino de Málaga (donde se realizaría el programa) y, de improviso, observé que uno de los pasajeros se levantaba de su asiento y se dirigía a la parte delantera del coche y se situó junto al conductor. Contó un chiste con mucha gracia y otro, y otro y así estuvo contando chistes, que causaban la hilaridad de todos durante el trayecto y, lo más sorprendente, sin repetir ninguno. Él iba como uno de los atractivos de la barriada y derrochaba por doquier el no muy abundante tesoro del humor.
La imagen del barrio quedó óptimamente en aquel programa. Este humilde servidor de la Historia de Huelva dio a conocer las excelencias del barrio (que no son pocas) y como final del programa salió a escena un hombre bajo, que por su aspecto, su forma de hablar y su atuendo parecía el redivivo “Cantinflas”. Tras su actuación, quedó flotando en el ambiente una salva de aplausos.
Los orígenes de este seudónimo de “Cantinflas” fueron los siguientes: En el Colegio “Funcadia” que es donde estudiaba, había un personaje, José Sousa Fernández, conocido cariñosa y popularmente con el remoquete de “Pepe el Lámpara”, que imitaba a Cantinflas de manera magistral. La admiración de Lema por “Cantinflas” viene de muy antiguo, ya que además de ser gracioso, mandaba unos mensajes muy humanos y tenía el don de la espontaneidad. Tanto le gustaba, que no se perdía ninguna película que se estrenase en Huelva del genial mejicano. Además, “El Lamparilla” le enseñó bastante para que saliera airoso en la interpretación del citado personaje. En Lema convergían muchos de los méritos de Mario Moreno: su estatura, sus facciones, sus ademanes, su espontaneidad y como Lema también habla mucho sin decir nada, quiso testimoniar la admiración que le tenía parodiándolo en cuantas ocasiones tuviese. Así, desde 1985 siempre ha participado en la Cabalgata carnavalera disfrazado de “Cantinflas” y haciendo reír a un marmolillo. Durante el recorrido le dicen: “¡Qué bien vas!”; las personas mayores se vuelcan en piropos: “Oy, qué guapo vas, te pareces mucho a “Cantinflas”, y no faltan algunos que ante tantos años con el mismo disfraz le dicen con cariño: “Lema, ¿otra vez lo mismo? Él, con su especial gracejo le contesta: “Mira, este año, el remiendo que tenía en la pierna izquierda me lo he puesto en la derecha, pero te voy a decir una cosa: Soy el que menos se gasta en el ropaje del Carnaval y el que más me divierto”. Y es que imitar y bailar como “Cantinflas” lo hace a la perfección. Encarna tan fehacientemente al personaje, porque lo vive, porque se cree que es, en realidad, “Cantinflas”. En este sentido, sus actuaciones han sido numerosas ante los desvalidos, los ancianos, los niños… Su premio: lograr que la sonrisa aflore en los labios de ellos, ya que él no cobra nada por actuar. En ocasiones, el 25 de julio de 1989, ha actuado para eventos humorísticos, como “La Semana de humor de Lepe”, precisamente al día siguiente se afilio a ARO (Alcohólicos Rehabilitados Onubenses), ya que Lema antes de la citada fecha siempre había vivido a la ligera, sin preocuparse demasiado de los problemas que le salían al paso, y sin asustarse nunca de los conflictos que su propia ligereza le creara. Él, hasta aquella fecha, había pensado que la existencia es un juego de azar y sólo los perturbados se obstinan en regir el azar con las leyes del cálculo. Trasnochaba bastante y se levantaba tarde, ya que él no creía que Dios ayudara al que madrugaba: “ahí están las gallinas que, a pesar de que se levantan con los primeros rayos de sol, envejecen poniendo huevos para que se los coman los demás y acaban dentro de una cazuela”. Pero, pongámonos serios: ARO lo llevó por la senda adecuada que nunca ha abandonado. Dejó el alcohol y el juego y se convirtió en un hombre.
Otra habilidad que practica el amigo Lema es el arbitraje. Su afición por el fútbol lo llevó a que se alineara en el equipo “Alesincas”, creado, como tantos otros conjuntos (llevó la dirección del Victoria, del Viaplana, fundó el Juventud del Rocío, etc.) por el inolvidable José Ramos Pipió. Este equipo, perteneciente a los Sindicatos Horizontales, lo dirigían Bogado y Carrascal. También defendió los colores del Juventud del Rocío, jugando en el viejo Velódromo…No obstante, su afición al arbitraje futbolístico le vino gracias a un sacerdote de los Salesianos, Francisco Vázquez, conocido por el “Padre Vázquez”, que organizaba Campeonatos de fútbol y les dio, al recordado Macías Tomillo y a él, la oportunidad de arbitrar algunos partidos. Ambos, se sorprendieron de lo gratificante (con todos los inconvenientes que tenga) del arbitraje y para no alejarse del fútbol comenzaron a arbitrar de juez de línea. Él sería un colegiado veterano, ya que tenía treinta años cuando dejó el fútbol provincial como jugador.
Con el tiempo, viendo el Delegado, José Salguero Urreta, que arbitraba muy bien, depositó su confianza en él y como cada dos años ascendía un árbitro a la categoría inmediata superior, decidió darle una oportunidad y lo mandó dirimir el encuentro “Pinzón” de Palos-Recreativo B, partido en el que solamente cumplió.
Al final de la temporada ascendió a Segunda Regional. Dos años más tarde, hizo lo propio a Primera Regional en la que estuvo dos años y lo hizo tan magníficamente que todos señalaban que ascendería, pero, los enchufismos impidieron en los despachos lo que él había conseguido en el terreno de juego y optó por retirarse de la competición.
En aquel entretanto, él trabajaba en el Bingo del Hotel “Luz”, pero al cerrar éste, se vio necesitado a volver al Colegio de Árbitros. Vuelve al peldaño más bajo y asciende a Primera Regional y, al año siguiente, a Preferente cuando tenía cuarenta y tres años de edad y en esta edad se mantuvo arbitrando hasta la fecha tope que es la de cuarenta y siete años. Es tal su pasión por el arbitraje que todavía sigue actuando en partidos de empresas, amistad, fútbol-sala, fútbol 7…esto es, que lleva haciendo sonar el silbato 37 años.
Como anécdota y sin detenernos mucho en los lances, añadamos que es posible que sea el único árbitro que ha sido sacado a hombros en Sevilla, Cádiz y Huelva, por ser juez neutral en tres partidos acaecidos en las citadas provincias.
Enriquezcamos este trabajo con un brevísimo bosquejo biográfico de José Manuel Díaz Lema. Nació el sucedáneo de “Cantinflas” el 13 de marzo de 1943 en una humilde y enjalbegada casa de la calle Cabezas Rubias, número 25, de la barriada de El Higueral, cuando este barrio se componía de cuatro casas y su derredor estaba alfombrado de flores campesinas, muy cerca de las populares tiendas “La Peona” y la de Domingo Rivero…
Su periplo laboral ha pasado por la Industrial Química de Zaragoza, situada en la antigua carretera de Sevilla, frente a la Venta “Angelito”; el Bingo “Hotel Luz”, cuando pertenecía a “Interhotel” y, como hombre de mantenimiento, en la posterior Empresa adquirente del citado Hotel, “Nuevohotel”.
Su pasión por el fútbol lo ha hecho militar en los equipos de “Celulosas”, “Viaplana”, Punta Umbría y C. D. “Victoria”, cuando éste era filial del Recreativo de Huelva…
Dejamos al personaje y quedamos convencidos de que hemos entrevistado a un auténtico señor del humorismo. Un señor árbitro en toda la acepción de la palabra y un cintero de corazón.

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